viernes, 21 de diciembre de 2007

Cándido Cortés

Cándido Cortés había pasado siete años de los treinta y siete que llevaba vividos trabajando en el área de programación de una cadena de comida rápida. En cierta ocasión, que casualmente coincidió con el día de su liberación mental, cansado de introducir los habituales
"Que lo disfrute" "Bienvenido, ¿en qué puedo ayudarlo?" y "Por cincuenta centavos puede VM agrandar sus papas fritas" en los dóciles cerebros de niñas atrapadas entre los quince y los veinte, decidió cambiar las frases del día.
Así fue como aquel domingo las familias funcionales que salían del cine preparados para su nutritiva ingesta se encontraron con propuestas tales como "¿Desea agregar libertad de expresión a su combo?", "Cuidado con la sombra de la bota de siete leguas que se cierne sobre nuestras cabezas", sin olvidar el "Think for yourself", un preferido de Candido, cuyo beatle favorito siempre había sido George. El evento, infortunado para algunos, llamó a la rápida accion de los altos directivos de la cadena que contestaron a la situación crítica con la respuesta acostumbrada y aprendida hasta el cansancio en la academia para negocios de altos directivos: "Está despedido". Las cajeras fueron formateadas y restituidas a sus líneas originales aun antes de que Cándido pudiera juntar sus pertenencias y abandonar el lugar para mudarse a la tranquila localidad de Chascomus donde vivió hasta el fin de sus dias leyendo copiosos volúmenes de temas prohibidos y diciendose a sí mismo "Yo vencí el sistema".

2 comentarios:

manimal dijo...

Lo que es la percepción de otra realidad, la interna. Bovarismo, término puesto tan de moda otra vez después de más de un siglo de olvido.

: dijo...

fantástico!